miércoles, 6 de marzo de 2013

El grito de Bianca

Sus pies blancos hacían crujir la madera, caminaba a paso lento mientras sentía el pesado olor a tiempo cargado de años, ciclos de luna y de sol. Intentó hacerse suyas las vidas que ahí se habían refugiado alguna vez, que por una noche habían dormido y no despertaron jamás, sus ojos descansaron en la oscuridad y escuchó...
 El lejano sonido del silencio, el mudo vacío...y una orquesta de ranas y grillos 

La lampara de aceite ya se había consumido...ahora se refugiaba en los verdes prados que dibujaba en   la oscuridad, como su hogar antes del cruel invierno. Ahí terminaban todos, los débiles, los enfermos y los que ya habían sido deshechos, todos...uno por uno, en completo silencio conocían los hermosos ojos del ángel. En una de las cuatro columnas iluminadas por la luna que se filtraba entre la madera, grabado por un cincel, cita: "Aquí Tánatos, el joven hermano...la muerte pacifica, suerte aquel que entre en este su hogar..." - pues no conocerán a Keres más allá de esto - terminó la cita en voz baja, ya la había escuchado antes, de pequeña, a todos los niños se les enseñaba aquella plegaria de leyenda...

Bianca había enfermado "del vomito necro" ...sin cura, sin oración, silencioso, lento y mortal que había despedazado a clanes completos, a los rebeldes del imperio, a los hijos de la casta, a los esclavos, a los civis libres y guerreros. Tribus enteras más allá de las montañas recorrían semanas y meses con sus enfermos a cuestas , el dulce canto del brujo y el lamento de la madre para dejarlos dormir por siempre en el templo de la muerte, en el frío suelo, sin comida ni agua, sus últimos días en completa oscuridad, en completo claustro bajo los pies de aquella plegaria...como Bianca, ya no podía escuchar los pasos de su maestro que la había dejado ahí, para dormir por fin, ya no podía escuchar nada. Los finos dedos acariciaban sus oídos sangrantes, ya estaba por descansar finalmente, ella lo sabía, su corazón latía más lento y nada dolía, cerró sus ojos nuevamente y susurró una antigua canción que su madre en las nevadas le había enseñado.."Grita...llora, hasta que la luna este llena, grita...llora y sonríe pues esta es la ultima vez" ... sus parpados se ciñeron sobre sí más pesados que antes, de piedra, ya había olvidado el frío y el vacío templo...oscuro, no podía sentir sus manos pero estaban húmedas, ella lo sabía, era su ultimo pensamientos...y sus piernas parecían desmembradas. Lentamente se dibuja una silueta roja en torno al cuerpo inerte de Bianca en medio de la oscuridad, sin ningún ruido, sin oposición, parecía una ofrenda macabra, era el grito desesperado de un cuerpo muerto..."He aquí Bianca, pues alcanzó el Tánatos, y este su hogar"


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